El revés de la trama(Ad Rom. XII, 1)
Este pobre suicida,
marchito ya, que entre la espuma aflora,
es una hostia que ha caído al río:
su cuerpo es una hostia.
Esa mujer que vende sus caricias,
barro de nieve y tumba de la rosa,
es también una hostia profanada:
su cuerpo es una hostia...
Estos mis ojos a la vida abiertos,
mi corazón que canta en esta boca
y este silencio de mis manos juntas
son una hostia.
Estos muchachos que a la guerra envían
bajo la hoz de la ametralladora
ay, son miles, millones de hostias santas.
¡Dios mío, cuántas hostias!
Víctimas todas del rencor que saben
o del amor que ignoran,
en su jardín de margaritas blancas
Dios las comulga a todas.
Nos llega Dios por todos los caminos.
Él es eso: una Hostia.
martes, 22 de agosto de 2006
Trama
Está este poema de Luis Gorosito Heredia, que el insigne tucumano incluyó en su pequeño volumen sobre La Poesía Religiosa Argentina.