sábado, 1 de abril de 2006

Tu fe te ha salvado

Sí, señor. Uno puede dudar si quiere.

Pero, no.

Es inútil.

El estudio existe, el interés por estas cuestiones está acreditado entre los médicos; la fundación que financió este estudio existe, el famoso Benson existe (*).

Y ponerse a medir si la oración cura o no, también existe.

Entonces, podríamos proponer nuevas formulaciones para la frase en cuestión (como aporte, digo):
Tu fe te ha salvado (pero la estadística no lo registrará, sorry...)
Tu fe te ha salvado (de cualquier cosa menos de enfermedades cardíacas)
Tu fe te ha salvado (a veces, y a veces no...)
Tu fe te ha salvado (a ti, pero no al enfermo de la cama 45..., lo siento, no se puede endosar, es un pagaré intransferible...)
Tu fe te ha salvado (así que nada de participar de investigaciones científicas, porque si no, te castigaré y no te curarás nada)
Tu fe te ha salvado (es decir, en realidad te has curado pero no se dará cuenta nadie...)
Tu fe te ha salvado (en cierto sentido, para la estadística sigues tan enfermo como estabas...)
Tu fe no salva a nadie, acaso a ti, no es imposible, pero es improbable...

Hay otras posibilidades, claro. Se escuchan ofertas. Porque seguramente esto no se termina acá...


(*) Hay que leer con mucha atención. Porque tanto Benson, como la financiante Fundación John Templeton y la asociación médica de la que sale el grupo que investiga, se dedican a la relación fluída entre 'mente' y cuerpo y sostienen que la oración ayuda. ¿No es conmovedora esta honestidad intelectual para admitir -fundándose en serios y cuidados estudios científicos- que no se puede decir que la oración sea eficaz...?