Es un libro interesante. Es un libro ruso, claro, Y entonces es interesante como son interesantes los libros rusos. Un poco ruso hay que ser para que a uno le resulte interesante. En cualquier caso, también es verdad que se trata de un libro dirigido a Occidente.
En un capítulo titulado El Primer Amor, hay un subtítulo: Todo un iceberg tiene que derretirse, y dice allí, hablando en realidad de la conversión a secas:
Cuando Cristo predicaba hubo de recurrir a las experiencias de los pescadores para poder llegar al alma de los hombres. Para poder penetrar en el alma del hombre moderno tiene que empezar por fundir todo un iceberg de impresiones: ha de superar y vencer la historia, la formación, la política, la banalización de la vida, el derrumbamiento de la moral, el esteticismo y la revolución... ¡Hay que ver las cosas que la humanidad ha amontonado en estos dos mil años! Y es necesario volver de nuevo al mensaje nítido y exigente de las bienaventuranzas: "¡Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios!" (Mateo 5,8).