jueves, 7 de julio de 2005

No 'ya' sino 'todavía'

Por dos caminos distintos llegué a esta conclusión provisional.

Primero, viendo el sur (la gente del sur, la vida de la gente) y -de casualidad- enterándome allá de que, según me dicen, los salesianos van de camino al África porque consideran concluída (¿completa?) su labor evangelizadora en la Patagonia.

Por otra parte, el venerable y anciano padre de un amigo me envía el segundo de sus escritos (otro llegó a principios de año, después de un encuentro casual en las calles del pueblo, cerca de la estación); en ambos ensaya lúcidas reflexiones sobre qué hacer, la gran pregunta infinita, después de hacer un repaso -no coincido en todo con él- sobre quién es quién, cómo están las cosas y qué se sigue de allí.

Así las cosas, ésta es mi conclusión provisional: creo que precisamente estamos en el punto en que debemos empezar todo de nuevo, más que dar por terminada la misión.

No solamente en la Patagonia -especialmente, puede ser, aunque como emblema también de una cultura, de una sociedad que no incluye sólo ni principalmente a la Argentina- la tarea es apenas la de enseñar el catecismo otra vez.

Y casi diría no todo el catecismo, ni compendio, ni nada.

Bastaría (quiero decir que urge...) enseñar la Señal de la Cruz, el Ave María, el Padre Nuestro, el Magnificat, el Credo y el Gloria. Y todo esto, toda esta enormidad, muy lentamente, muy despacio, palabra por palabra. Y, hasta cierto punto, todo eso se me hace demasiado, porque creo que habría que empezar por el abecedario, y por 'el ser es' y 'el no ser no es'.

Nada más.

Por ahora, y por bastante tiempo, nada más.

Casi diría que ni el Yo pecador, ni el Pésame. No todavía.

Si fuera verdad lo que dicen que piensan los salesianos, creo que no está nada mal como signo de este tiempo lo que dicen que piensan los salesianos.

Es probable, muy seguramente es así: África espera el Evangelio.

No es verdad que el resto del mundo, especialmente el resto del mundo 'evangelizado', esté en condiciones de ir a evangelizar a África.

A ver si me explico: el mundo no es cristiano.

Y la Patagonia está en el mundo. Muy lejos, es verdad, pero está en el mundo.