sábado, 11 de junio de 2005

Trucho *


Aquí vamos, otra vez.

No está lejano el día en que no algunas sino casi todas las cosas estén al revés.

Ese día será espantoso. Pero, para el que tenga estómago, será un día inolvidable.

Por ejemplo.

Si un artefacto perverso y pervertidor no cumple la función para la que se lo ha ideado -una función perversa-, resulta un fraude. Y en cierto sentido lo es, claro.

Pero que se reclame airadamente porque el artefacto perverso no logra pervertir debidamente, ya es un paso más en una dirección flamígera.

Y que se aconseje paternalmente lo que hay que hacer, con valentía y convicción, para no dejarse robar la ilusión de poder pervertirse debidamente, ya es una inversión que obliga a una violencia espiritual mayor.


No importa decir nada aquí sobre la posibilidad -al menos la posibilidad- de que tanto afán por la pureza pervertidora, tanta hipocrático rasgamiento de vestiduras oficiales, esconda una avidez comercial. Y no porque no importe, sino porque en realidad sólo agrega más leña al fuego, si se me permite la metáfora diabólica.

* Trucho, cha.
1. adj. coloq. Arg. y Ur. Falso, fraudulento. Este billete es trucho. (
RAE)