domingo, 26 de junio de 2005

Últimas palabras

En el año 1993, en la publicación entusiasta, se publicó este soneto dedicado al padre Leonardo Castellani.

Uno de los pseudónimos que usaba era Jerónimo del Rey (San Jerónimo del Rey era nombre antiguo del pueblo en el que nació y que después se llamó Reconquista), de allí el título.

Me enteré ayer que mi amigo, el comentador de sonetos, lo incluyó en la segunda parte de sus conferencias, como ejemplo no me animo a preguntar de qué.

Uno se resiste a contar intimidades, los reveses de las tramas detrás de los textos, porque es casi como explicar un chiste. Pero el caso ahora es que hay una pequeña clave que ayudaría a entender algo a lo que se refiere el soneto.

Según algunos -una versión muy peleada, como siempre, entre las 'viudas' supérstites y los herederos y 'propietarios' de Castellani, y una versión que doy por buena y que no me desagrada para nada-, el padre fue llevado a su habitación porque se descompuso a la hora del almuerzo de aquel 15 de marzo de 1981. Ya no se levantaría de su cama.

Cerca de las tres de la tarde, dicen que dijo "Me rindo" y murió.

Tenía 81 años.
Jerónimo
A L.C.C.P.

¿Qué viento busca entrar por la ventana?
Viene un Ángel. El sol desaparece.
Veo el aire que no veré mañana.
Está más claro el cielo y anochece.
Casi no hay luz. Se escapan las retamas.
Es marzo y es Cuaresma en estas horas
y solamente yo sé que me llamas
y, solamente yo, que Te demoras.
Estoy llagado. El mal que no me hicieron
he libado en el Cáliz que me diste
y en ese Pan de Luz que me decías.
Sobre mis huesos ese Pan molieron
(siempre hay alguien que quiere verme triste.)
Pero me rindo, como me pedías.