jueves, 14 de octubre de 2004

Lugares paralelos. Por ejemplo, Brideshead Revisited, el soneto Del admirable Pescador y La sabiduría del Padre Brown.

Aquí, habla Charles Ryder, el narrador de la novela de Evelyn Waugh, con la hermana menor del protagonista, Sebastian Flyte:
-¿Sigues intentando convertirme, Cordelia?
-Oh, no. Todo eso también se ha acabado. ¿Sabes lo que le dijo papá cuando se hizo católico? Mamá me lo contó una vez. Le dijo: "Has vuelto a llevar a mi familia a la fe de sus antepasados". Ya sabes, muy pomposo. La gente reacciona ante la religión de maneras diferentes. Al menos, en la familia no han sido muy constantes ¿verdad? Él la ha dejado, Sebastian la ha dejado y Julia la ha dejado. Pero Dios no permitirá que la dejen por mucho tiempo ¿sabes? me pregunto si te acuerdas de la historia que nos leyó mamá la primera noche que Sebastian se emborrachó...; quiero decir la noche mala. El padre Brown dijo algo así como "le cogí (al ladrón) con un anzuelo y una caña invisibles, lo bastante largos como para dejarle caminar hasta el fin del mundo y hacerle regresar con un tirón del hilo".
Y el soneto de Marechal, publicado en Sonetos a Sophia.
Perdido manantial, llanto sonoro
dilapidado ayer en la ribera
de la tribulación, ¡quién me dijera
que pesarías en balanza de oro!

Rumbo de hiel que todavía lloro,
crucero sin honor y sin bandera,
¡Quién me diría que a la primavera
del cielo caminaba tu decoro!

Y cuando recelosa y desvelada,
puesta en su mismo llanto la mirada,
mi soledad entre dos noches iba.

¡Quién le dijera, para su consuelo,
que abajo estaba el pez en el anzuelo
y el admirable Pescador arriba!

Lo curioso podría ser que este texto fue publicado en 1940 y la novela es de fines de 1944. Chesterton le lleva a ambos 30 años, con su metáfora. Lo que probablemente signifique que haya algo detrás del propio Chesterton.