lunes, 19 de julio de 2004

Tiene su gracia, no vayan a creer.

No sólo bonus Homerus, no sólo el diccionario...

En el apuro por 'despertar', yo mismo duermo.

Bien me acota un lector preocupado que alicuando es aliquando.

Nobleza obliga.

Esta vez, los muchachos de León, España, tenían dos tropiezos.

Y yo, uno.